“¿Qué puedo aportar yo a este proyecto si no soy artista”. Además, no creo tener una mínima pizca de esa sensibilidad, agudeza y sentido de los profundo y trascendente que, sin duda sí tenían en grandes dosis otras personas convocadas a esa misma reunión en la que se nos exponía la idea de este trabajo.
Reconozco que me costó trabajo –y más tiempo del que me hubiera gustado- llegar a una sencilla conclusión: puedo aportar mi visión y mi experiencia en el mundo de la comunicación.
Si yo comunicador, pido la colaboración de otros comunicadores y nos disponemos a explorar visiones diferentes de la realidad, a tratar de mirar Sevilla, a escuchar Sevilla, a hablar y comprender Sevilla, con los ojos, los oídos y la mente de otras personas; nos ponemos, en definitiva a escuchar, imaginar, ver, explorar, entender y valorar nuestro mundo inmediato y nuestro entorno cotidiano, seguro que nos sorprenderemos y sacaremos visiones muy poderosas y sorprendentes.
Y en esa faena nos pusimos manos a la obra, con mis compañeros y amigos Francisco Robles, Agustin Bravo, Antonio del Junco, Juan Diego Periáñez.
Agustin usó sus dotes de gran entrevistador para conseguir que nuestros protagonistas abrieran sus almas. Juan Diego ordenó, resumió y pulió los testimonios. El extraordinario Toi nos aportó las imágenes que nos ayudan a entender mejor esas visiones y a sus protagonistas. Finalmente, Paco se ocupó de resumir e interpretar en unas pocas frases, entre literarias y periodísticas, el sentido de esas miradas tan valiosas y personalísimas.
Y aquí está el resultado, sencillo, pero gracias a Antonio, Ángela, Carla, Patricia, Pilar, Nacho, Cayetano, Paula G., Paula J. y Domingo, a la vez profundo y sincero.
Joaquín López-Sáez Rodríguez-Piñero