Robert Smithson
La naturaleza y lo humano se mezclan en un espacio concéntrico rodeado de elementos naturales casi abstractos. Es el desarrollo de la vida desde dentro, la común vivencia de lo natural y lo humano.
En el centro de la obra, lo que parece ser una semilla o una flor, dentro de la cual aparece la silueta de una figura humana. Parece que la escena se desarrolle en el interior de la tierra pues la flor, que ocupa casi toda la superficie, está rodeada por forma que simulan guijarros y, en la zona superior de la composición, una línea parece marcar el suelo terrestre en el que crecen árboles.