REALISMO EN ESPAÑA
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- La exposición Realismo en España presenta en la Fundación Valentín de Madariaga una selección 42 de obras artistas del panorama nacional
La exposición Realismo en España llega a la Fundación Valentín de Madariaga como parte de la colección Mato Ansorena. Esta pone en valor el realismo que se hace en España, que es uno de los fenómenos estéticos más genuinamente originales de la crónica de nuestro último arte actual.
La colección es la revisión de una tendencia artística que se extiende en el tiempo en más de cincuenta años y abarca cuatro generaciones diferentes hasta el momento. Estos artistas buscan la esencia de la realidad, pero no existe una escuela determinada; no forman un grupo, aunque bastantes se conocen entre sí e incluso mantienen relaciones de amistad en niveles intergeneracionales. La única conexión verdadera es que son autores que han escogido una forma de lenguaje, el realismo, que posee a su vez varios dialectos que conforman un universo plural.
Se trata además de un realismo muy español, diferente de los otros realismos que se daban a nivel internacional, con una personalidad muy acusada y una temática muy concreta. Conocedores de la herencia dejada por los Grandes Maestros, especialmente Velázquez, se adentran en el uso de una técnica minuciosa que intenta captar el mundo que los rodea, especialmente reflejar la vida cotidiana del artista a través de sus objetos y sus seres más cercanos, trascendiéndolo, aportando una mirada que es capaz de evocar sentimientos de un trasfondo personal, sugiriendo un tipo de emoción muy difícil de describir.
Los denominados Realistas madrileños son Amalia Avia, Antonio López, los hermanos Francisco y Julio López Hernández, de quién hay una excelente escultura en la presente muestra, María Moreno, Esperanza Parada e Isabel Quintanilla y, aunque nunca construyeron un grupo artístico formal, están unidos por la formación común, las exposiciones compartidas, los lazos familiares y la amistad de largos años. Son artistas nacidos en los años treinta que hacen acto de presencia en el panorama del arte español a mediados de la década de los cincuenta. Es el grupo inicial que imprime carácter a todo el realismo español, tanto por su trayectoria como por su labor docente.
Gracias a su influencia comienza a haber interés en realismo en la escena artística de nuestro país. Este realismo mantiene una identidad que se prolonga hasta el momento actual, pasando por cada una de las cuatro generaciones de artistas que comprende este movimiento hasta el día de hoy, tal y como se puede apreciar en la presente exposición.
Los artistas de la segunda generación nacen en los cuarenta y comienzan a tener sus primeros éxitos artísticos en torno a 1970. El hiperrealismo norteamericano, el realismo fantástico, el realismo fotográfico o el pop han triunfado fuera de España, hay una vuelta generalizada a la realidad y hay muchos artistas que, bajo la influencia de la primera generación, encamina sus pasos hacia el realismo que se hacía en Madrid, muchos recibieron directamente las enseñanzas de Antonio López en el periodo en el que era maestro en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, como es el caso de Alfonso Galván, José María Cuasante, Matías Quetglas o Florencio Galindo. Ellos fueron denominados los Nuevos realistas, y a su vez, se convirtieron en maestros y desde la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid han seguido adoctrinando a nuevos artistas en el realismo.
Entrados los años cincuenta y los sesenta, nacen los artistas que realizan sus primeras exposiciones a comienzos de los ochenta, son la tercera generación de realistas, en ellos está vigente, en la elección de temas, la conexión con la primera generación. Al resto de realismos ya existentes se le sumó el posmoderno. Pronto conquistaron el mercado y destacaron por su calidad técnica.
La última generación realista, que ha aparecido recientemente en el panorama expositivo, es la de aquellos nacidos en los setenta y ochenta, técnicamente han alcanzado una gran perfección, y aparecen discursos que enlazan con la nueva realidad globalizada y las nuevas vías de comunicación a través de internet y las redes sociales.
Muchos siguen los pasos de la primera generación, pero otros vuelven los ojos al fotorrealismo y a la captación del instante, o a visiones más descriptivas, donde la ironía y el humor negro son protagonistas. Una visión, en general, descarnada de la sociedad que surge tras el posmodernismo.
Los artistas realistas han conseguido conquistar un terreno abandonado por las artes plásticas contemporáneas, realizan sus obras a lo largo de procesos creativos muy lentos, con el fin de alcanzar una intensidad que supera a la del modo fotográfico de apropiación de la realidad. No copian tal y como ven, hablan del misterio del mundo, representan una realidad trascendida, que es expresión de sentimientos profundos, donde la
emoción, es la protagonista.
José María Ballester, Ángel Busca, Miguel Coronado, José María Cuasante, Santiago Costales, Cristóbal, Jesús Curiá, Carlos Díez Bustos, Florencio Galindo, Jorge Gallego, Alfonso Galván, José María Garayo, Carlos Gaçalves, Jesús Ibáñez, Julio López Hernández, Coro López-Izquierdo, Juan Luque, Carlos Marcote, Pedro Martínez, Antonio Maya, Luis Mayo, José María Mezquita, Joaquín Millán, Carlos Morago, David Morago Caro, Eloy Morales, José Mosquera, Guillermo Muñoz, Guillermo Oyágüez, Adria Pina, Gerardo Pita, Matías Quetglas, Pedro Quesada, José Luis Resino, Xavier Rodés, Fernando Rodrigo, Enrique Santana, Álvaro Toledo, Joaquín Ureña, Alwin van der Linde, Dino Valls y Carlos Vega.