La Exposición Iberoamericana tuvo lugar en Sevilla en el año 1929. Fue inaugurada el 9 de mayo por el rey Alfonso XIII y su clausura fue el 21 de junio de 1930. Se llevo a cabo para dar muestra del hermanamiento que existía entre España, Hispanoamérica, Estados Unidos, Portugal y Brasil. Fue uno de los hechos más importante de la primera mitad del siglo XX para Sevilla, que junto a la Exposición Internacional de Barcelona ese mismo año, pasaron a considerarse la Exposición General Española.
La Exposición se comenzó a idear a principios de siglo, momento en que se comienza a formar una Comité Ejecutivo para dirigir una serie de comisiones con el objetivo de conseguir la realización del certamen, donde se designó un director, Pedro Fernández Palacios, y una serie de concejales que asumirían diferentes funciones, como por ejemplo, hacienda o fiestas y turismo.
En un primer momento la Comisión General eligió los Jardines del Palacio de San Telmo y el Parque de María Luisa para situar la exposición. Mas adelante pensaron colocarla en la Avenida de la Palmera, pero el 1910 se desbordo el río e inundó toda la Palmera y el Prado de San Sebastián, por lo que esta opción se descartó. Después de esto, el Marqués de Nervión ofreció ceder sus terrenos del cortejo del Maestrescuela. Posteriormente, se barajó la posibilidad de realizarla en tablada. Finalmente, se decidió volver a la primera opción.
Una vez decidido el lugar de la exposición, se decidió contratar a un paisajista francés, Jean-Claude Nicolas Forestier, para mejor la imagen del parte. En 1910 el Comité Ejecutivo convocó un concurso para escoger al arquitecto que se encargaría de la exposición. Desde este momento y hasta el inicio de la exposición se construyeron diferentes edificios emblemáticos de Sevilla, por ejemplo, el Hotel Alfonso XIII o la Plaza de España.
1915, el conde de Colombí, en nombre del Comité Ejecutivo, presentó el documento Sevilla ante la Exposición Hispano-América. Las reformas de la cuidad y sus tres factores esenciales. En ella se argumentaba que las obras de la exposición no deberían ceñirse al recinto, sino que debería ampliarse para conseguir una transformación urbanística en la cuidad, documento que se aceptó por el Comité.
En el recinto de la Exposición se construyeron un total de ciento diecisiete edificios, de los cuales en la actualidad solo se conservan veinticinco, sin contar, ya que no todos se construyeron con el propósito de permanecer en el tiempo, muchos de ellos eran de carácter temporal y exhibicionista. Desde el año 2001 todos los pabellones pertenecen a el Ayuntamiento de Sevilla, aunque el uso de estos se ha decido a diferentes entidades, como por ejemplo, el Pabellón de Estados Unidos que ahora es la sede de la Fundación Valentín Madariaga y Oya.